Si hay un momento en la historia en la que se ve claramente lo que un pueblo es, y lo lejos que se encuentran de sus gobernantes, esa es sin duda la invasión napoleónica de España.

No voy a entrar en lo que cualquier libro de Historia cuenta sobre la invasión napoleónica de España, hay datos que son irrebatibles por muy dolorosos que resulten: los gobernantes españoles, es decir sus reyes, tanto Carlos IV como Fernando VII manejados a su vez por Godoy, como primer ministro, decidieron vender España a Napoleón. Esto admite matices, claro, pero hoy no se trata de hacer debates historiográficos.

El cuento de Napoleón era atravesar España para llegar a Portugal y repartírsela entre ambos países.

La excusa era que Portugal, país que se había negado a participar en el bloqueo que el dignatario francés había impuesto a su archienemiga Inglaterra. Por supuesto, en esta artimaña cayeron los regentes de España, ambos, padre e hijo.

De telenovela: En 1807 se produce el motín de Aranjuez, (detrás, instigándolo, el príncipe de Asturias Fernando) es en este motín, en el que se destituye a Godoy y Carlos IV abdica en su hijo que devendrá en Fernando VII.

Luego, más tarde Napoleón obligará a Fernando a devolver la corona al padre, Carlos IV para que a su vez abdicara en favor de José Bonaparte, hermano de Napoleón Sí, tres abdicaciones, las conocidas como las Abdicaciones de Bayona. ¿Vendieron o no a España? Pues es más que obvio. Hay fuentes que hablan de los millones que se pagaron al rey por su traición.

Invasión de la península ibérica 1808

Pero volvamos a la invasión. Al principio todo fue un camino de rosas del ejercito napoleónico hasta Lisboa, con participación de España, pero…los auténticos deseos de Napoleón pronto se pusieron de manifiesto cuando empezaron a ocupar ciudades españolas. Es decir, no pasaban por España para llegar a Portugal, se quedaban en España, lo que claramente era una ocupación. Por fin los verdaderos planes del francés quedaban al descubierto.

Cuando se produjeron las abdicaciones de Bayona, Fernando VII había dejado en Madrid una junta de gobierno, junta que el general francés Murat quiso manejar a su antojo. Y aquí es cuando se produce un hecho inesperado: intentan llevar por la fuerza al infante Francisco de Paula a Bayona para también obligarle a renunciar a la corona de España.

2 de mayo de 1808

La consecuencia fue el levantamiento del pueblo Madrid en mayo de 1808 contra lo que ya de hecho era una auténtica ocupación. La represión francesa fue tremenda, pero la resistencia madrileña fue épica. La muy heroica villa de Madrid se la llama desde entonces. Para ilustrar el momento estaba uno de los pintores más importantes que en el mundo han sido: Goya.

Este sin duda fue el detonante de la llamada guerra de Independencia, que pasaría por muchas fases, ya que no acabaría hasta 1812.

El levantamiento se extiende por toda España y ante el vacío de poder se organizan las juntas locales, las provinciales y la Central.

Pronto, el ejército de Napoleón tuvo su primera derrota significativa en la batalla de Bailén, derrota que sirvió a España para demostrar a Europa que Napoleón no era invencible. Con el tiempo, esta invasión y la de Rusia serían los dos grandes errores del corso, el principio de su fin.

Por aquello de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, de pronto se tuvo como aliados importantes a británicos y portugueses que junto al ejército español y la guerrilla (táctica militar que ya se usaba en tiempos romanos) fueron conquistando territorio hasta que echar a a los franceses fuera de la península. Más tarde él mismo Napoleón reconocería que “pueblo español había luchado con honor”. Lástima que pensara que el pueblo era igual que sus gobernantes.

Consecuencias de la guerra: en primer lugar, lo de siempre: destrucción y devastación, después vendría la famosa Constitución de Cádiz y al cabo de unos años la pérdida de los territorios americanos.

Lola Carrasco-Barrado