Hay un regusto, un poso en los españoles e hispanos en general que nos hace ser, como poco, escépticos con nuestra propia Historia, muy a menudo nos consideramos víctimas o verdugos. Esto puede ser primero, porque se conoce escasamente y segundo porque se conoce mal. Amén de un sinfín de bulos o como se diría ahora “fake news” que han circulado durante siglos a causa de la leyenda negra. El problema con esta no es que exista como tal, sino que nosotros mismos nos la hemos creído sin muchos miramientos. Mi propuesta es: ya que estamos dispuestos a creernos lo peor (donde se habla mal de España hay un español detrás), deberíamos estar dispuestos a creernos lo mejor.
Si no nos conocemos no podemos amarnos, ya que como decía en otra entrada, no se puede amar lo que no se conoce. Si nos ponemos a enseñar español sin conocer de donde viene, cual es su contexto, estaremos perdidos, ya que ese contexto es: la historia, valores, costumbres( hasta 1492, era solo España, pero a partir de ahí se añade América a esta aventura). Enseñar español sin saber la historia de los que lo hablan, sin saber quiénes son los que la hablan es quedarse sin el escenario en el que los actores (hablantes de español) interpretan la vida.
Recuerdo que cuando hice el máster de español ELE hubo un profesor que nos dijo “no solo tenéis que creer en lo que hacéis como docentes de español sino que tenéis que estar orgullosos de ello.” Y para esto hay que conocer un poquito más y a ser posible en profundidad nuestra historia.
En aquel conglomerado que era aquella clase solo estábamos dos que proveníamos de la licenciatura de Historia. El resto, en su mayoría, filólogos. Siempre que me he reciclado en temas de español ELE ha aparecido alguno que se quejaba de las “lagunas” que a veces tenía para la comprensión y manejo en clase de ciertos temas a que les sometían sus alumnos. Muchas veces, temas socioculturales sencillos, pero que desconocían su origen histórico.(Por ejemplo: el origen de los dos apellidos que llevamos todos los hispanos, la historia judía que hay detrás y porqué las mujeres en el mundo hispano nunca han perdido el apellido al casarse).
¿Por qué Historia en el mundo ELE? Pues porque sería como interpretar una obra de teatro sin escenario. Si no sabemos la Historia, la idiosincrasia que hay detrás de nuestra lengua nos olvidamos del elemento que la hizo evolucionar, de los seres humanos que la crearon, en definitiva de lo que ES.
Cuando nos ponemos delante de un alumno a enseñarles, le estamos transmitiendo mucho más que gramática y léxico, le transmitimos cultura, valores y principios; somos un escaparate, esa puerta por la que se asoma a un mundo diferente por la que seguro quiere entrar. Pues nada mejor que enseñarles ese mundo a través de la lengua para que permanezcan en él y se enriquezcan, amplíen sus horizontes vitales.
¿Conoces el mundo de donde viene esa lengua? Si la lengua no se puede separar de la cultura, entonces ¿por qué se estudia como algo separado y que hay que meter con calzador?
Transmitimos algo que no se ve pero que es REAL, existe, aunque no se vea. ¿Saben los profesores de donde viene lo que transmiten y los alumnos lo que aprenden?
¿Porqué este blog?
- El primer elemento a favor es que sirve, es de utilidad, forma e informa. Además es válido para cualquiera que tenga interés en la Historia. Utilizar el texto como pretexto para informarse, formarse e informar.
- El segundo es el enfoque; desde el presente, explicar el pasado, por qué somos como somos, qué avatares históricos nos hicieron ser como somos en el presente.
- Novedoso: la Historia es interesante y DIVERTIDA.
- De gran utilidad práctica para la clase ELE: comentario de texto, léxico ,conversación… desde del B1.2 al C2 del MCRE.
Transmitir que estos contenidos son una necesidad para cualquier profesional del español ele y que se puede hacer desde el rigor pero con gracia; desde la objetividad pero remarcando la positividad.
Con ELE de Lola quiere mostrarte el contexto que hace falta para enseñar/aprender español.: quienes somos, de dónde venimos, y por qué hablamos español.
Lola Carrasco