En esta entrada: La expedición Magallanes-El cano los 18 que volvieron pretendo transmitir lo que vivieron esa personas que volvieron para contarlo. Os sugiero que leáis primero la anterior entrada: Expedición Magallanes- El canoI.
Todo comenzó el 20 de Septiembre de 1519: cinco naos y 247 hombres emprenden la aventura de encontrar una ruta a oriente por occidente. Nuevamente esa aventura correrá a cargo de Castilla y su rey Carlos I, como unos 30 años antes había ocurrido con los RRCC. Las naos se llamaban: Victoria, Trinidad, San Antonio, Concepción y Santiago.
Tres años más tarde, el 6 de septtiembre de 1522:
“Una solitaria nave hace su aparición en el puerto de Sevilla: la nao Victoria, única en volver de las 5 de partieron, con 18 hombres a bordo de los 247 que salieron.”
Salen del puerto de Sanlúcar de Barrameda. El primer lugar hacen escala son las Islas Canarias y luego cruzan el atlántico hasta las costas de Brasil. Había descontento a bordo por parte de los capitanes de las naos, ya que recelaban de Magallanes. Este les había negado la información que contenía la hoja de ruta, contraviniendo las órdenes del emperador.
Pasado el mundo conocido de las costas brasileñas empieza la auténtica odisea para estos hombres.
Siguen ruta hacia el sur, bordeando la costa americana, ya que se entendía que tenía que haber un estrecho para dirigirse al Pacífico; creen encontrarlo en la desembocadura del Río de la Plata, pero al adentrarse han de volver al comprobar que el agua era dulce. Aquí sufren la primera gran frustración.
Al sobrevenirles el invierno austral en marzo de 1520 debieron permanecer meses en tierra en la bahía de San Julián. Llegado mayo de 1520 se decide proseguir y la nao Santiago naufraga en su misión de encontrar el estrecho. Ya son solo cuatro. Nadie piede la vida pero ahora son más hombres en menos barcos y menos víveres.
Siguen las desavenencias y hay una sublevación. Algunos capitanes son ajusticiados o abandonados a su suerte. En alta mar no hay piedad.
Ya al sur del continente, encuentran un auténtico laberinto de canales e islas y en algunas de estas ven numerosos fuegos que hacían los indígenas, así que de ahora en adelante se llamará Tierra de fuegos. Los barcos se separaron para buscar una salida y la expedición pierde la nao San Antonio, pero esta no naufragó sino que volvió a Sevilla: el miedo o la desesperación les harían replantearsen el viaje.
Por fin, y a finales de 1520 se atraviesa el estrecho que de ahora en adelante llevará su nombre: Magallanes. Alivio sería lo primero que sintieron pero la incertidumbre comenzaba…A partir de aquí comienza la parte dura y cruda de la travesía: tres meses sin ver tierra firme.
La consecuencia: los víveres se acababan, el agua potable también, el escorbuto hizo su aparición con las muertes correspondientes. Se llegan a comer las ratas y el cuero de la nao. A estas alturas de viaje son solo 164 hombres.
Cuando llegan a la isla de Guam en marzo de 1521 se aprovisionan y siguen el viaje. Siguen hacia lo desconocido.
En Abril de 1521 llegan a las que de ahora en adelante serán las islas Filipinas, que permanecerán en la corona de España hasta 1898. Aquí pierde la vida Magallanes, el comandante de la expedición: contraviniendo las órdenes del rey se dedicó a hacer la guerra para cristianizar la zona y en una de las escaramuza perdió la vida.
Retoman el plan inicial de llegar a la isla de las especies. En mayo han muerto tantos hombres que ya no son suficientes para gobernar las tres naos. Solo queda una opción: quemar la Concepción. Así, con dos naos y 107 tripulantes llegan a Brunei. Aquí al nuevo capitán Carballo, no se le ocurre otra cosa que atacar a las naves del sultán, mientras parte de la delegación eran muy bien recibidos por el mismo. Suerte tuvieron de que le sultán les dejara salir con vida.
Después de este episodio se depone a Carballo y Elcano y Espinosa asumen el mando de las dos naos restantes. Poco después llegan a Las Molucas. Era noviembre de 1521. Por fin hay una nueva ruta para llegar a las islas de la especies: misión cumplida. En el camino se habían perdido muchas vidas. Ya solo quedaban las dos naos y 102 hombres.
En el trayecto hasta aquí se comprobó la inmensidad del Océano Pacífico, inexplorado hasta ahora. Fue milagroso que sobrevivieran meses sin poder aprovisionarse, aunque fue a costa de muchas vidas. Hasta este momento se pensaba que la tierra era más pequeña en circunferencia, poco más de la mitad de los 40.000 km que sabemos ahora. Así que en diciembre de 1521 se decide volver a casa.
Hasta este momento se pensaba volver por donde habían venido. Pero aquí llega el momento más decisivo del viaje, y el más importante. Elcano decide no volver por donde había venido, contraviniendo las órdenes del rey. Será la Trinidad la que intente volver por la ruta por la que habían venido, aunque nunca retornará a España ya que se perdió o naufragó por el camino.
¿Qué supuso esto? Pues para Elcano volver a España por el océano Índico y como quien no quiere la cosa, atravesando rutas portuguesas. Pero para evitar estas naves decide navegar más al sur, por donde nadie había navegaso antes para no ser descubiertos.
En marzo de 1522, meses después de dejar Timor solo hay mar y mar…debieron pensar que eso de que “si no quieres sopa toma dos cazos” pues volvieron a pasar por lo mismo que en la travesía del Pacífico.
En mayo de 1522 el escorbuto vuelve, las provisiones se agotan, algunos suplican a Elcano desviarse a Mozanbique ya que esta isla no les pillaba lejos, pero Elcano les arenga y les dice que es referible morir que caer en manos portuguesas. Me pregunto ¿qué les diría a esos hombres famélicos que ya habían pasado por lo mismo para convencerles de continuar? Tuvo que ser algo memorable.
En junio de 1522 siguen sin poder hacer escala. Ya solo quedan 41 hombres.
Desesperados llegan a las islas de Cabo Verde en manos portuguesas. Intentan engañar a los portugueses diciendo que les ha desviado una tormenta porque venían de América. Los portugueses descubren la verdad y arrestan a algunos hombres mientras que el resto escapa. Hay que recordar que esta ruta atlático-africana pertenecía a Portugal.
Siguen mar adentro hasta llegar a las Azores y de ahí a casa ya quedaba poco. Cuando llegan a Sevilla en Septiembre de 1522 solo quedaba una nave y 18 hombres agotados, exhaustos y famélicos, pero vivieron y volvieron para contarlo. Lo primero que pidieron: llegar a una iglesia para dar las gracias.
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Lola Carrasco-Barrado
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